Integrantes de la comisión directiva de la Asociación Bonaerense de Periodistas Agropecuarios (Abopa) realizaron una visita protocolar al Consorcio de Gestión de Puerto Quequén, donde fueron recibidos por su presidente, doctor Arturo Rojas.
Escenografía colorida para conmemorar fechas históricas.
El momento no podría haber sido más oportuno, habida cuenta del rebosante presente de obras que se están realizando en la institución, justamente, desde la asunción de Rojas, que se produjo en abril de 2016.
Arturo Rojas (izq.) y el gerente general Oscar Morán.
El organismo del distrito de Necochea, que llegó a tener un promedio de 110 días sin operatividad por año (por el canal y los conflictos) y de allí su consideración de “puerto sucio” por parte de los exportadores, ha podido revertir esa imagen, llegando a los 43 pies en 2007 y a la mitad de aquellos días sin actividad, previéndose la frutilla del postre para dentro de dos meses, cuando se alcancen los 50 pies y se convierta, según dijo el doctor Rojas, en el puerto de mayor profundidad del país.
El histórico puente Ezcurra.
A través de un cordial diálogo con los representantes de la prensa agropecuaria, el titular del CGPQ enumeró las diferentes obras que están en marcha, entre ellas el inminente inicio de la construcción del puente Ezcurra, que está roto desde hace 39 años.
A largo plazo, se permitió soñar: “Ojala que retorne el tren de carga”, dijo.
Rodolfo Bianchi, junto a Arturo Rojas, en el intercambio de presentes.
Al final de la jornada, el presidente de Abopa, Rodolfo Bianchi, entregó una carpeta con la historia de nuestra entidad, además de pines identificatorios, así como su par del CGPQ intercambió numerosos presentes que describen la realidad del puerto, así como insistió en el acercamiento que ha alentado la institución (con numerosas actividades) hacia los vecinos, algo que antes no sucedía.
Aerogeneradores llegando a Quequén.
Tras el almuerzo, los visitantes pudieron recorrer las distintas terminales, así como las obras en marcha, que no hablan sino de un crecimiento sin igual, así como una notoria diversificación que ya comenzó a notarse con la playa de recepción de aerogeneradores, una de las actividades con techo ilimitado en la provincia de Buenos Aires.