El conflicto entre sindicatos y empresarios que frena nuestras exportaciones impide que entren los dólares tan necesarios al Banco Central. La huelga en los puertos no sólo suspende el ingreso de divisas, también aumenta costos para el país, ya que estas protestas hacen que a nuestros puertos se los consideren “sucios”. En este contexto los costos para comercializar con Argentina (seguros, fletes etc.), son cada vez más altos por la inseguridad de los cumplimientos comerciales.
Pero también pone en jaque a toda la logística desde el campo al puerto e industria. En la provincia de Buenos Aires estamos en plena cosecha fina y los camiones se apilan en los puertos sin poder descargar para volver a sus pueblos. Esta situación frena la carga desde los potreros y aumenta la demanda de silobolsas para los granos. Debemos recordar en estos días algunas cuestiones específicas en el almacenaje del trigo.
Tengamos en cuenta dos puntos que hacen diferente al almacenaje del trigo en un silobolsa respecto al maíz o soja, que son los granos más frecuentes en su uso.
En primer lugar, los meses posteriores a la cosecha son los de mayor temperatura del año, factor negativo para la calidad ya que aumenta la respiración del cereal, cuestión que empeora a medida que se eleva la humedad del grano sumando la posibilidad de aparición de hongos o levaduras; y en segundo lugar, a diferencia del maíz o de la soja, el trigo es un grano de consumo directo que los molinos adquieren por su calidad industrial.
La calidad en trigo para la industria es fundamentalmente la calidad de su gluten que es lo que le da volumen a los panificados. Los granos que se cosechan húmedos (más de 14 %) deberían secarse en las secadoras con temperaturas no muy altas y que el mismo no sea un secado violento (en corto tiempo) para no deteriorar su gluten. Es por eso que no es recomendable cosechar con más del 16 % de humedad; pero atención: si por estas situación de emergencia debemos embolsar parte de nuestra cosecha, analicemos cada lote o partida y tengamos en cuenta que a menor humedad de cosecha mayor es el tiempo de almacenaje del trigo en el silobolsa sin que se dañe el gluten y, por lo tanto, su calidad industrial.
Para un buen almacenamiento deberíamos guardar los granos secos, sanos (no dañados y libres de hongos e insectos) y, además, limpios (sin tierra ni cuerpos extraños).
Conociendo estas cuestiones, podemos seleccionar aquellas partidas que debemos enviar a secadora con mayor urgencia y aquellos granos que podemos almacenar en el campo en silobolsa, entendiendo que es una técnica temporaria. Una vez almacenado debemos fomentar una rutina de monitoreo permanente tomando muestras y controlando la temperatura semanalmente. Recuerde que la parte inferior (donde se deposita la humedad) es la primera que se deteriora en un silobolsa. Téngalo en cuenta para su muestreo. La conservación del grano es tan vital como la productiva, es guardar el esfuerzo e inversión de todo un año.
Fuente: Ing. Agr. Gerardo Gallo Candolo / elagrario.com / Foto: Prensa CGPBB