El ministro de Desarrollo Agrario, Javier Rodríguez, firmó un convenio de cooperación técnica entre la cartera bonaerense, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) para el desarrollo de materiales genéticos experimentales adaptados a los diferentes escenarios productivos de la Provincia.
“Un componente fundamental de la política pública es fortalecer la innovación en el sector productivo, es por eso que desde el inicio de nuestra gestión apostamos a ello a partir de la articulación con otros organismos, como es en este caso el INTA y la FAUBA. Hoy firmamos un convenio que apuesta por un cultivo que es muy importante en la producción de la provincia de Buenos Aires”, señaló Rodríguez.
A través de este acuerdo se buscará desarrollar híbridos y variedades de maíz adaptados a la agricultura familiar, orgánica, y a los cuatro “ambientes objetivo” en el territorio de la provincia de Buenos Aires, en donde predominan pequeños y medianos productores que requieren de nuevas propuestas tecnológicas para poder llevar adelante y optimizar el cultivo en áreas marginales o subóptimas, y realizar producciones orgánicas, agroecológicas, hortícolas y de alimentos o calidades diferenciadas.
En la provincia de Buenos Aires se cultivan aproximadamente 2,8 millones de hectáreas de maíz sobre diferentes escenarios productivos; en las zonas de mejores condiciones edafoclimáticas se desarrollan esquemas agrícolas con alto uso de insumos en los que se utiliza semilla de híbridos provista por un número limitado de semilleros privados.
Existe, además, un número de pequeños y medianos productores que realizan agricultura familiar u horticultura periurbana para el cual el costo de la semilla híbrida es inaccesible, por lo que utilizan semilla propia de variedades de polinización abierta, que pueden ser mejoradas localmente mediante esquemas participativos.
A su vez, para algunos “ambientes objetivo” (áreas marginales o subóptimas; agricultura orgánica y agroecológica que requiere genotipos adaptados; agricultura familiar en pequeñas extensiones; demandas de maíces de calidades diferenciadas) los desarrollos genéticos son escasos.
Así, este convenio entre el MDA, INTA y la Facultad de Agronomía de la UBA buscará complementar la labor del sector privado en la mejora de materiales para otros tipos de ambientes, facilitando un mayor uso de maíz en las rotaciones de estos sistemas y, además, optimizando tanto la sustentabilidad como la rentabilidad y subsistencia de productores que practican la agricultura familiar u horticultura periurbana.
Con este objetivo se llevarán adelante las siguientes actividades: evaluación del potencial y adaptación a los cuatro “ambientes objetivo” en territorios de la Provincia de materiales genéticos experimentales desarrollados en base a germoplasma disponible en la Facultad de Agronomía y el INTA; la transferencia de información sobre el comportamiento de los materiales genéticos con potencial para su registro como cultivares; el fomento de proyectos de mejoramiento participativo para productores que están empleando variedades de polinización abierta; la caracterización de la población objetivo, potencial demandante de los materiales genéticos en desarrollo; y la identificación de alternativas para producir semilla de los materiales genéticos experimentales que se registren como cultivares.
El sector público, a través de su sistema científico, tecnológico y universitario, generó capacidades de mejoramiento que pueden representar un aporte significativo para los “ambientes objetivo” mencionados.
El MDA cuenta con una red de 14 Chacras Experimentales provinciales con capacidad de contribuir al desarrollo de genética, mientras que la Facultad de Agronomía y el INTA cuentan con redes propias de evaluación de materiales genéticos experimentales, así como con equipos de extensión y transferencia tecnológica y líneas de trabajo y/o proyectos destinados al desarrollo final de este tipo de materiales, a fin de determinar su potencialidad como cultivares para la producción.
El convenio fue firmado en la sede del INTA por el ministro de Desarrollo Agrario, Javier Rodríguez; la presidenta del consejo directivo del INTA, Susana Mirassou; y la decana de la Facultad de Agronomía de la UBA, Marcela Gally. (Foto principal).
Fuente: Prensa MDA